Irene Montes: Los Sistemas Agroforestales en Colombia

Soy una convencida de que el territorio puede manejarse de forma sostenible; de que podemos producir alimentos sanos libres de venenos y a la vez mantener limpia y conservar el agua de nuestras quebradas; de que podemos aprovechar la biodiversidad y los servicios que nos dan los ecosistemas para nuestro propio beneficio; de que podemos consumir alimentos producidos localmente y generar economías locales, verdes, justas e inclusivas. Lo creo así, porque crecí en una finca donde sembrando árboles se recuperó el suelo que estaba agotado por la agricultura y la ganadería intensivas, donde todo lo que se produce es orgánico, donde se restauraron los bosques de guadua alrededor de las quebradas y se recuperó la calidad del agua, y donde el manejo agroecológico permitió además que la capacidad de carga animal de la finca se duplicara, se redujeran las plagas, se mitigaran los efectos de fuertes vientos y sequías, y disminuyeran los costos de producción.

Desde hace mucho tiempo vengo preguntándome por qué los sistemas agroforestales y otras prácticas agroecológicas ancestrales, a pesar de todos los beneficios que muestran en comparación a un monocultivo, no se ha extendido más y cómo podría yo contribuir a cambiar esta realidad. En mi búsqueda encontré que una de las razones es que no existe suficiente conocimiento sobre el manejo silvicultural de las miles de especies de arboles nativos del trópico y menos cómo se comportan en un sistema agroforestal y/o silvopastoril.

El dinde  (Maclura tinctoria), es una de las 30 especies que hemos sembrado en la finca como parte de nuestro sistema agroforestal. Esta especie nativa que produce una madera de excelente calidad se ha usado para hacer traviesas de ferrocarril, postes para cercas, muebles y corrales. También se ha usado  para producir un tinte natural llamado fustic que da tonos que van desde el amarillo hasta el castaño oscuro y que fue muy popular a principios del siglo XX en Europa. Su savia blanca lechosa tiene propiedades medicinales, sus frutos son comestibles y atraen aves y mamíferos que son claves para restaurar las funciones del agroecosistema. Finalmente, pero no menos importante, tiene espinas que le permiten defenderse muy bien del ganado (pero no de los caballos que les encanta comer su corteza), lo cual permite reintroducir el ganado al potrero rápidamente, apenas unos 18 meses después de sembrarse, comparado a 3 o 4 años que hay que proteger otras especies como el guamo.

Como muchos otros agricultores y ganaderos, nosotros no conocíamos mucho acerca del manejo silvicultural de los árboles. No contábamos con información sobre sus patrones de crecimiento, distancias de siembra, frecuencia e intensidad de podas, o raleos y turno final si son árboles maderables. Todo esto esencial para hacer un adecuado diseño del sistema y poder sacar máximo provecho tanto de los árboles como del pasto y los demás cultivos que están creciendo bajo los árboles.

Así fue como decidí enfocar mi trabajo de maestría sobre el dinde en sistemas silvopastoriles como punto de entrada para aprender sobre ciencia forestal, sistemas agroforestales, restauración ecológica y agroecología.

En mi recorrido buscando y midiendo árboles de dinde por días y semanas enteras en fincas del Quindio, Valle del Cauca y Risaralda, una región principalmente agrícola en el valle interandino entre la cordillera central y occidental, he sido azotada por zancudos, me he chuzado con espinas incontables veces, me han picado hormigas, me he envuelto en telarañas, me he encontrado con enormes y coloridas arañas, gusanos, cucarrones, abejas, avispas y mariposas. Tengo fotos de colibríes, loros, gaviotas, guatines, armadillos, flores y muchas plantas que no conocía. Me he caído, se me ha roto la ropa pasando por alambrados, he sudado bajo el intenso sol, me han sorprendido aguaceros y he escuchado todo tipo de historias de vida y recibido conocimientos que ya creía perdidos.

Sobretodo, he podido ver la región donde nací y crecí con otros ojos. Ojos que indagan por que una especie crece aquí y no allá, qué especie es buena para recuperar un suelo degradado, cuál es buena para sembrar en la orilla de las quebradas y restaurar caudales y la calidad del agua, cuál le gusta a las aves, cuál ofrece buena sombra para el cultivo, cuál atrae el enemigo natural de la plaga, cuál produce madera o leña, cuál es medicinal, y cuál es buena para todo!

En mis conversaciones con las personas que me he cruzado en este viaje constaté que no sólo existe poco conocimiento el manejo silvicultural de los arboles sino también sobre qué especies sembrar de acuerdo al clima, los suelos y las diferentes necesidades de la finca. También confirmé que en muchos casos la razón por la cual no se siembra o se conserva los árboles en las fincas es por los ineficientes y complicados trámites que hay que hacer para aprovechar los productos maderables de los sistemas agroforestales. 

Igualmente se hizo evidente que los productores agroecologicos necesitan contar con mercados que paguen un precio justo por el trabajo que están llevando a cabo en sus fincas, como también que se desarrollen las cadenas de valor para productos de los sistemas agroforestales poco conocidos pero con potencial.